Pintar con un elemento vivo como es el vino natural, un elemento sano y libre. Aprender de su origen, descubrir sus matices y cómo su color cambia dependiendo de sus primeras prensas, su fermentación y su crianza es una inquietud que nace en medio de una vendimia entre las parras del Beaujolais en el centro sur de Francia. Así fue que entre esos racimos listos para ser cortados con respeto y dedicación, la misma que como pintor entrego a esta obra, ese vino recogido y producido en verano, sus pieles y sus borras hoy inundan mi taller para entregarles estos retratos, desde la mas profunda humildad, amor y respeto.
Personajes históricos, sacados de la cultura y la política son la inspiración de esta serie hecha con un material tan noble como su legado.